En el artículo de hoy hablaremos de un tema relacionado en el entreno funcional, el movimiento funcional. En nuestra vida diaria laboral y deportiva cada movimiento que hacemos afecta a nuestras articulaciones en función de la movilidad de estas, de tal manera que un exceso/defecto de movilidad derivará con el tiempo en dolor e inevitablemente en una lesión.
En el entreno funcional no solo valoramos los objetivos de la persona a la que entrenamos, pues aparte, nos valemos de test de movilidad y estabilidad, este método de evaluación nos hace más simple la corrección de los patrones de movimiento, así podemos modificar los ejercicios para añadir movilidad a las articulaciones clave y de paso fortalecer musculatura especifica relacionada con los movimientos que enseñamos, eso se traduce en patrones de movimiento seguros y productivos.
En el entrenamiento, los sistemas funcionales de movimiento, se piensa en el cuerpo como una serie de juntas unidas entre sí y cada una de estas juntas necesita unos requerimientos específicos, teniendo esto en cuenta, una falta o exceso de movilidad en puntos concretos da lugar a niveles predecibles de disfunción. Es común observar disfunciones de movimiento que afectan a la cadera y lumbar, provocando severas molestias en la zona lumbar, o disfunciones entre cervical hombro y tórax, provocando molestias en el hombro cervicales y también lumbar, por ello pese a que las artralgias ( dolores) son multifactoriales el movimiento funcional nos ayudará a evitar estas dolencias.
Como reflexión final, los efectos de un programa de entrenamiento están determinados en buena medida por la selección adecuada de los ejercicios. Elegir un ejercicio u otro es, por tanto, un tema de capital importancia que no debe basarse en criterios subjetivos, gustos personales o experiencias particulares sino en criterios objetivos.