El comportamiento sedentario, la obesidad y el abandono deportivo se han convertido en una de las grandes preocupaciones de la sociedad actual. Dicha preocupación ha trascendido, siendo en los últimos tiempos un tópico de estudio la motivación hacia la actividad física y el deporte.
De la totalidad de investigaciones surgidas al respecto, se desprende el reconocimiento de la importancia del contexto deportivo para acceder a niños y adolescentes con el fin de establecer una base de estilos de vida activos y saludables más allá de la enseñanza obligatoria (Biddle, Sallis, y Cavill, 1998; Warburton y Spray, 2008).
Para poder disfrutar de los beneficios que aporta la práctica de la actividad física, ésta ha de ser realizada de forma regular a lo largo de toda la vida.
Facilitar la adherencia al deporte debe ser un objetivo social prioritario, ya que la práctica de actividad físico-deportiva va a influir de manera positiva en el desarrollo individual y social de la persona; además, de los indudables efectos positivos que el ejercicio físico tiene sobre la salud, tanto a nivel físico como psicológico y social (American College of Sports Medicine, 2000).
En este sentido, la mayoría de las investigaciones revisadas reconocen la motivación como un elemento clave para lograr el compromiso y la adherencia al deporte.
Con los años, se hace cada vez más tedioso realizar actividad física debido a la falta de motivación intrínseca (de uno mismo) y extrínseca (que nos dan otros), esto nos lleva a situaciones en las que mantener el peso saludable y una actividad cardiosaludable son cada vez más complejas (Vandervlist,Barneck y Mäueler 2011)
Añadiendo que muchas personas ven de per se el ejercicio físico como una actividad aburrida y desagradable, el 98% abandonan la actividad deportiva que empiezan en los centros deportivos (3 Hacia la Promoción de la Salud, Volumen 16, No.1, enero – junio 2011, págs. 186 – 199) sabiendo que estos abandonos corresponden de manera principal a factores psicosociales asociados a la persona (Ferreira et al. 2010).